Hablar de Venecia es traer a la mente un sinfín de calificativos, todos ellos evocadores de multitud de sensaciones, sentimientos y emociones. Es hablar de amor, de belleza, de historia, de arquitectura; es referirse a un lugar, Patrimonio de la Humanidad, dónde ningún visitante queda indiferente tras conocerla.
Esta histórica ciudad, situada al nordeste de Italia, en la región de Véneto y formada por más de 100 islas, las cuales están conectadas por más de 450 puentes que sortean sus innumerables canales, posee una atracción hipnótica que no saber bien cómo explicar. Más allá de su belleza y de su innegable atractivo turístico, hay algo en ella que la hace única y que te captura y transporta, de inmediato, a otra época, a otro mundo, a otra vida.
No es mi pretensión realizar aquí una disertación enumerando todas sus maravillas, simplemente invitarte a que, si tienes ocasión, la visites, te empapes de su “esencia”, te pierdas por sus callejuelas, por todo su centro histórico, por ese frenesí de arquitectura, cultura, ritmo y vida de esta joya mundial. Quizás después puedas comprenderme.
Aquí te dejo una mínima, minúscula diría yo, muestra fotográfica de todo lo que puedes llegar a ver en este lugar.