Alegría, espontaneidad, energía, humor, inocencia, naturalidad, actitud, interés, etc., etc. Todo esto y mucho más es lo que desprendía Inés durante esta sesión de fotos para el reportaje fotográfico de Primera Comunión que realizamos en un lugar mágico cerca de Betanzos. Desde el principio Inés se mostró súper ilusionada con la sesión de fotos, hasta tal punto que días antes se dedicó a ver “poses” que emplean las modelos cuando se enfrentan a un reportaje, jajaja… ¡qué grande! Y todo esta energía se la trasmitió también a su hermano Manuel, que contagiado de su hermana también participó activamente en la sesión.
Para un fotógrafo de bodas cambiar el “registro” de vez en cuando y verse obligado a enfrentarse ante unos “modelos” de tan diferentes edades a las que acostumbras a fotografiar es un aliciente para tratar de dar lo mejor de ti y conseguir un resultado satisfactorio con niños; pero gracias a niños como éstos todo se vuelve mucho más fácil.
Me lo he pasado genial realizando esta sesión y creo que ellos también por lo que el resultado salta a la vista.
Estoy seguro que prefieres que ahora no venga yo a darte la “chapa” contándote lo bien que hacemos nuestro trabajo, las fantásticas fotos que conseguimos o lo maravillosos que somos en este equipo de profesionales; no, no, tranquilidad, aquí no vas a encontrarte con un despliegue brutal de nuestro “Ego”. Aquí simplemente te encontrarás con alguien que busca honestidad, humildad, transparencia y profesionalidad en todo lo que hace y en lo que ofrece.
