Los Campanones de Yuso

Es sorprendente la gran cantidad de Entroidos, Carnavales o Mascaradas que se celebran por toda España a lo largo de todo el año y no sólo durante la conocida época del carnaval. Sólo cuando uno empieza a investigar un poco sobre el tema se da cuenta del “mundillo” alucinante que hay alrededor de estas tradiciones ancestrales.

En esta ocasión, me gustaría mostraros unas cuantas fotografías de una de esas antiguas mascaradas. Un peculiar “Entroido” que se celebra en un pequeño pueblecito de la Comarca de Cabrera, en la provincia de León, y que tuvimos la suerte de poder contemplar antes de que se pierda definitivamente si no se hace algo para remediarlo.

Desde hace ya muchos años, cada Domingo de Pascua, después de la misa, los vecinos de Quintanilla de Yuso (en el Municipio de Truchas) y los demás asistentes, vuelven a sorprenderse por los personajes ancestrales de esta mascarada perdida en tierras leonesas… “Los Campanones”.

La vieja, el viejo, la señorita, el señorito, el lobo, los propios Campanones, y algún otro (siempre los mismos), todos ellos acompañados por los “gaiteiros” del pueblo, como manda la tradición, salieron a las viejas callejuelas de Quintanilla aún no acabada la misa para, desde la iglesia, asustar a niños y mayores, al mismo tiempo que bromeaban intentando “picar” las piernas de los presentes con ramas de acebo. Esto es algo que se lleva haciendo desde mucho antes de lo que recuerdan los más ancianos del lugar y que gracias al esfuerzo y dedicación de todos los miembros de una familia y la ayuda imprescindible de alguna que otra persona más, la tradición sigue muy viva.

Este año, como novedad, se sumó a todos ellos otro personaje que llevaba ya décadas olvidado; se trata del “zancudo”, el cual había salido por última vez a las calles en los años 50 del siglo pasado y que la Asociación Cultural San Yuso resucitó para la edición de este año. Enfundado en pieles de gamo observaba la escena desde la altura de sus zancos. Fue realmente divertido ver a todos estos personajes y sobre todo ver como las nuevas generaciones se suman a la tradición participando activamente, divirtiéndose  y haciendo divertirse a todos los presentes.

Realmente da mucho trabajo preparar un Entroido o una Mascarada, y mucho más cuando son muy pocos los que colaboran, por eso siempre es una alegría que la gente disfrute y valore el trabajo bien hecho. Mis más auténticas felicitaciones a quienes los hacen posibles y luchan por conservarlos.