Si algo podría definir a lo que vivimos en esta boda serían las palabras alegría, buen humor, diversión a raudales y autenticidad. No son demasiadas las ocasiones en las que nos encontramos con parejas que conviertan una ocasión tan especial y diferente en la vida de cualquiera como es una boda, en algo familiar, cercano y sobre todo auténtico. Una ocasión sin igual para disfrutar con tus seres queridos y tus mejores amigos sin artificios ni obligaciones externas que la sociedad en la que nos movemos ha ido creando a nuestro alrededor.
Noelia por un lado, fiel a su carácter extrovertido y arrollador y Rober por el otro lado, aportando ese equilibrio necesario para crear un cóctel con sustancia, nos han ofrecido a todos los asistentes un día divertidísimo. Nos lo hemos pasado como enanos y, todo hay que decirlo, también como locos persiguiendo cada uno de los muchos momentos originales y frenéticos que nos han brindado.
Un tercer protagonista del día fue, sin duda, su hijo Roi, que se portó a las mil maravillas para ser tan pequeño. Todo el mundo quería disfrutar de su compañía, en especial su abuelo materno, que no lo perdía de vista ni un momento.
Mil gracias por hacernos partícipes de estos instantes tan especiales y por dejarnos plasmarlos en fotografías. Ha sido un placer compartir con vosotros. Os deseo todo lo mejor.
Espero disfrutéis con esta selección de sus mejores momentos.