Sin duda Galicia nos ofrece infinidad de posibilidades a los fotógrafos de boda ya que muy fácilmente podemos pasar del mar a la montaña o del verde más profundo al azul intenso; por ello programar una sesión de fotos de posboda sólo dependerá de las ganas, del interés o incluso de la valentía de cada pareja.
En esta ocasión decidimos trasladarnos inicialmente, junto a Laura y Rubén, a un paraje cercano dónde la tranquilidad es absoluta y el entorno te echa una mano para que te sientas muy a gusto, ya que aquí se aúnan río, verde, sombras, molinos… y sobre todo, una pareja dispuesta a divertirse; sin duda todos los ingredientes necesarios para pasar una tarde de lo más interesante.
Pero como de aburrirnos precisamente nosotros no somos, pusimos la guinda al pastel cambiando radicalmente de registro visual y así nos fuimos a otro “escenario” para realizar unas últimas fotos en lugar radicalmente diferente al inicial, dónde nos encontramos con edificios en ruinas, grafitis, desperdicios de toda clase… (un lugar que, en principio no parece el más adecuado para una sesión de este tipo ¿verdad?), y todo ello en contraste absoluto con lo guapos que iban nuestros novios para la ocasión.
¡El mundo es para los atrevidos!
Mil gracias una vez más a Laura y a Rubén por su confianza en nosotros, por su implicación y por ser tan auténticos. Esperamos os guste esta mínima selección de imágenes que sin duda muestran lo a gusto que estuvimos en este rincón de nuestra querida Galicia.
Me encantan! Son muy buenas y bonitas y totalmente diferentes a las clasicas fotos de novios!
Unas imágenes increíbles. Transmiten mucho. Enhorabuena!!!